"Con timbre sonoro y hueco truena el maestro, un anciano mal vestido, enjuto y seco, que lleva un libro en la mano. Y todo un coro infantil va cantando la lección: mil veces ciento, cien mil, mil veces mil, un millón. Una tarde parda y fría de invierno. Los colegiales estudian. Monotonía de la lluvia en los cristales." Antonio Machado Con un día de retraso, y tras esta poesía que ha calado hondo en nosotros, queremos saludar, en su día, al maestro Mario Galván, que día a día forja el futuro de miles de niños de la escuela Lainez, quienes inspirados diariamente por el maestro, dejan sus almas y sus cuerpos a disposición de Mario, quien los moldea como plastilina tibia. El maestro y su clase. La primera de la izquierda es un muñeco. Es un orgullo para el País, que gente proba como Galván maneje los hilos del futuro de una generación de malformados que de pedo distinguen un abedul de una maceta. Gracias Mario por el orgullo que sentimos al verte con tu guardapolvo, con tus libro