La Mendoza que desconocemos. Por @chanchoalado Recientemente vino a tocar a Mendoza el reconocido baterista Carl Palmer, miembro de la mítica banca Emerson, Lake and Palmer, y mientras se clavaba un chorizo en el puente del Tomba, me relató una historia que pocos conocen y que paso a detallarles. En 1967, tres años antes del exitoso debut de la banda británica, Greg Lake tuvo que viajar a Maipú para solucionar un problema de una herencia de un tío radicado en Cruz de Piedra. Los papeles se firmarían en la escribanía Cicutto & Ragamuzzi, la más importante del departamento. Mientras el talentoso guitarrista esperaba a Herminio Cicutto, que llegaría tarde por un problema con la homocinética de su Hansa 1100, notó la presencia de un enjuto muchacho, de extraña apariencia, que totalmente absorto, hacía la mímica de tocar un piano en el aire. Esto no hubiese sido nada extraño, si no fuera porque Lake noto de inmediato que el joven tenía 7 dedos en cada mano. Finalmente,