La Mendoza que desconocemos.
Por @chanchoalado
Los hermanos Adolfo y Belarmino Brüderstrom salieron de la ENET Nro. 1, también conocida como “Pablo Nogués”, con el promedio más alto de su camada. Egresados en 1973 como Técnico Electricista y Técnico Electromecánico, respectivamente, montaron una ferretería en la casa de su abuela Helga Scheidetrockene, en el Barrio Bombal, a la temprana edad de 18 años.
Desde los 8 años, Adolfo, amante de la música, había soñado con tocar el piano, su hermano Belarmino se burlaba de él, y eventualmente lo golpeaba, trayéndolo a la dura realidad económica que vivían: huérfanos y criados por su rígida abuela alemana. No tenían los recursos para pagarle a una costosa profesora de piano, ni para asistir a una escuela musical. Belarmino, intentó siempre hacerle entender a su hermano que el futuro era la electricidad, y una formación técnica. Con el tiempo, Adolfo abandonó su idea de aprender a tocar el piano, aunque jamás dejó su pasión por la música.
A medida que los hermanos Brüderstrom aprendían las bondades de la electrónica, se notaba que tenían una inteligencia y un talento inconmensurable. A los 12 años, Belarmino colocó un Relé biestable en el secador de pelo de su abuela, provisto de un solenoide construido completamente con el papel de una caja de cigarrillos “Aparcero”, los que fumaba su vecino Ernesto. Esto mejoró en un 87% el desempeño del secador y le valió el premio “Junior Achievement”, que entregara la Municipalidad de Guaymallén en el marco de la Vendimia de 1968. Adolfo, por su parte, construye una pila voltaica con chapas de gaseosa “Penepe “, y crema pulidora de cromados “Rejucilo” a modo de electrolito.
Ya recibidos, y a cargo de su emprendimiento familiar, comienzan a gozar de una tranquilidad financiera hasta entonces desconocida para ellos. Afectos al trabajo, rápidamente generan ingresos que le permiten ampliar y modernizar su ferretería: “Strom-Bombal”, y tras tantos años de austeridad, finalmente Adolfo comienza a entrelazar sus dos pasiones, y consigue aunar la música, con la electrónica. En su taller, los hermanos comienzan a desarrollar complejos equipos, innovadores y avanzados para la época, con los cuales, al principio rudimentariamente, fabrican notas musicales y sonidos varios. Belarmino no se mostraba convencido, pero su entusiasmo por las ciencias lo llevaba a la par de su hermano Adolfo, al que le regala un Sintetizador Modular Moog que le hace traer en barco a su tío Sven desde Chicago.
Con el pasar de los meses, los hermanos desarrollan varios instrumentos y artefactos electrónicos con los que comienzan a componer melodías y experimentos musicales. Belarmino logra construir una versión argentina del Minimoog, al que bautiza “Engarilla sónica”, mientras que Adolfo ya experimenta ampliamente con sintetizadores y hasta con precarias máquinas de ritmo. En 1975, los Brüderstrom contaban con una plétora de equipos al servicio de las composiciones de Adolfo, quien paralelamente había hecho un curso de música por correspondencia en las Escuelas Americanas, que encontrara en una revista D’Artagnan de 1970.
En octubre de 1975, los hermanos Brüderstrom dan el primer concierto de música electrónica registrado en Cuyo, en la bodega Arizu, ante 14 personas, bajo el nombre de “ELECTROSTROM”, siendo así, los pioneros en este género no solamente en la región cuyana, sino en Argentina. Suben al improvisado escenario con calzas doradas y ponchos salteños, munidos de la “Engarilla sónica”, un “VOX Percussion King”, dos “Brüdesynthe X1 – Payana”, un “Potoco Bifase Oddysey” y una guitarra “Taimado”. Lamentablemente el público no entendió la propuesta, y los hermanos, frustrados, dejaron la música para siempre y se dedicaron a su ferretería en el Barrio Bombal.
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