Vio como son los científicos... no tienen otra cosa que hacer que experimentar. Sino es como que están al pedo. Y Ragasagliampi tenia este amigo y colega, el Doctor Víctor Zanja, de la Universidad de Canelones, provincia de Escarapeglia, República de Uruguay. Resulta que Zanja y Ragasagliampi además de trabajar juntos parece que hacia mucho tiempo que venían con matufias juntos y estaban hasta el pecho de quilombos y ninguno se podía hacer el boludo porque el otro lo crucificaba. Parece que eran cosas de minas, escolazo y algún trafico de pequeños mamíferos norcoreanos que traían en latas de queso rallado chino. Por eso Zanja termino aceptando. No le quedaba otra.
Ragasagliampi (der.) y Zanja, felices tras aislar el gen de la pelusa de ombligo.
Hace unos dos o tres años que me llamó Ragasagliampi para ver si podía llevar a un sobrino medio lelo que el tenia a un ensayo de Chancho Alado. Parece que el sobrino no podía distinguir un olmo de un perro chico y lo único que le gustaba era la música. Tras algunas idas y vueltas, le dije que llevara al infradotado a un ensayo un día martes. No terminó siendo una molestia. Se quedo bastante quietito y apenas resulto notorio, aunque su hábito de morderle los tobillos a Galván mientras tocaba no fue completamente del agrado de nuestro pianista. Ragasagliampi parecía complacido e inclusive se notó que el también disfruto del ensayo. Fue por eso que no le dijimos nada cuando en una de sus ausencias para salir a fumar un cigarrillo, su sobrino orinó copiosamente el equipo de Lichi. Una breve golpiza y amenazas de muerte bastaron para que el pequeño siguiera quieto el resto del ensayo.
El oligofrénico del sobrino de Ragasagliampi. Quería ser peluquero.
Esa reunión con Ragasagliampi generó una relación de amistad, cultivada hasta el día de hoy donde mantenemos un contacto casi diario y nos enviamos todo tipo de mensajes de texto y mails de cadenas de oración y advertencias sobre robos de cajeros automáticos. Pero lo que explica el motivo de este post, fue lo que el Doctor planeó para agasajarnos en agradecimiento por lo de su sobrino. El investigador, que en esa época trabajaba en el sector de Enfermedades Contagiosas del Hospital Naval Almirante Mario Adalberto Puppi, venía desarrollando un interesante trabajo sobre la Gripe Aviar. Inclusive tengo entendido que fueron publicadas sus notas reiteradas veces en revistas científicas de primera línea como "Cientific Report" de Gran Bretaña o "Medicine World" de Estados Unidos. Pero el artículo más relevante y que le hizo ganar algunos premios muy importantes lo publico la revista "Culos y Gangrenas", de la provincia de Córdoba, donde por primera vez Ragasagliampi esboza un primer acercamiento a su colosal idea: "Inyectar el virus de la gripe aviar a un chancho mediano para ver si de una vez por todas vuela" (sic).
Como suele suceder en este tipo de revelaciones científicas, salieron dentro de la comunidad científica detractores de debajo de las piedras como así también seguidores de la idea que a su modo también ampliaron el proyecto de Ragasagliampi y se sumaron a su causa. Todo esto fue un obsequio del Doctor a nuestra banda. Alguna vez me dijo en un chat vía icq, que el sobrino estaba mucho mejor desde que fue al ensayo, y que le causaba muchísimo placer verlo cantar a los gritos "Vamo'a bañalo" mientras se daba la cabeza contra el suelo. Fue por eso que el brillante científico pensó: "Voy a hacer este experimento para que los chanchos vuelen y así la banda de estos chicos sea muy pero muy famosa".
Pero como era de esperarse no todo marcho bien. A Ragasagliampi lo echaron a patadas del Hospital Naval, y tuvo que seguir su proyecto solo, aislado y en la casi completa falta de recursos, apoyo o dinero. Estuvo inclusive unos meses viviendo en la sala de ensayo de nuestra banda, usando el bombo de la batería como baño. Nada de esto, sin embargo, detuvo su impulso juvenil de experimentación, de descubrimiento. Fue ahí cuando empezó con las manganetas con el Doctor Zanja porque decía que hacia una diferencia económica. Tuvimos que pedirle que se fuera a quedar en otro lado un día que llegamos a ensayar y había una familia de coreanos construyendo un pequeño techo con el bajo del Lichi.
Durante meses, inclusive años no supimos más de nuestro amigo científico. Hasta ahora. Leyendo en los medios, nos enteramos del nuevo flagelo que azota a la humanidad: "La Gripe Porcina". Paranoicos, muertos de miedo compramos nuestros barbijos y casi dejamos de salir a la calle. Pero lo que más nos impacto fue la carta que recibimos.
Recuerdo vagamente como fue que el cartero me entrego un sobre que solamente decía, escrito con marcador y con una caligrafía cuasi ilegible "Para los de la banda. La banda del chancho". Lo abrimos juntos en la sala y con horror leímos la verdadera historia de puño y letra de Ragasagliampi. Nos enteramos que Zanja lo extorsionó con unas fotos donde se veía claramente a nuestro amigo teniendo relaciones sexuales con un pequeño mono, al que había vestido de tutu y había rasurado cuidadosamente. Nos enteramos, también, que entre los dos consiguieron aislar el virus de la Gripe Aviar y que tras juntar unos pesos en un tragamonedas del casino de Esquina, Provincia de Corrientes, compraron un chancho al que bautizaron "Sergio". Durante meses intentaron en vano que el animal se contagiara la gripe. Inclusive lo hacían tomar frio, lo destapaban de noche o lo metían en ambientes enviciados y llenos del mortal virus. Nada pasó. Sergio se mostraba invulnerable a la Gripe Aviar. Fue entonces cuando Zanja, en la completa indigencia casi, en un profundo estado de inanición, pierde el control sobre si mismo y amenaza con arrojarse empapado de gasoil a un pozo donde estaban haciendo un costillar a la llama para 100 personas en Wilde. Ragasagliampi apenas puede detenerlo con la promesa de conseguirle alimento y dinero. Al menos un baño para evitar seguir durmiendo sobre sus propias heces. Zanja acepta, pero timorato de ser engañado, extorsiona a Ragasagliampi con las fotos con el mono. Este, entre la espada y la pared, solo tiene un camino. Sergio es comido esa noche con polenta mágica y un vino Talacasto que les fiara Miguelito, el almacenero sordo de la calle Ministro Bolagrossi, al 340. Alcanzamos a notar sobre el papel manchas de un liquido que se habría derramado y borroneado la tinta, creando curiosos "arbolitos". -Lagrimas, diría Galvan sin inmutarse. Era obvio que Sergio, el cerdo, era casi uno mas de ellos, un compañero de trabajo, un amigo. Y no tuvo otro camino que sacrificarlo. Sobre el final de la carta, un párrafo mas desprolijo que los anteriores, casi como agregado a las apuradas, mencionaba que lamentablemente, al comerse los riñoncitos de Sergio, se contagiaron una nueva forma de Gripe, más nociva y difícil de tratar que la otra. Y que decidieran bautizar "Gripe Porcina" tras una breve escaramuza con Zanja, quien insistía en ponerle "Influenza de la banda de loquitos que quieren ser como Caseros pero no les sale". En otro papel que venia dentro del sobre, una nota legal, firmada por varios médicos de la Comunidad Científica de Pichidangui, de la V región de la Republica de Chile, donde directamente y sin rodeos nos declaran: "Creadores de la Gripe Porcina"
Que me contás, eh?
Comentarios
ahora entiendo esa terrible y ,en su momento, inexplicable adiccion del Lichy por tomar MIGRAL.
claro!! si uno de los síntomas de esta horrible enfermedad es el extremo dolor de cabeza!!!!
por otro lado me quedo tranquilo... después de tantos y tantísimos momentos compartidos, alguno de ellos casi buenos, no hemos acusado recibo de tal horror pandemico..
es por ello que declaro aqui..
"..amigos, si han sido sometidos a altas dosis de exposicion de estos 3 seres.... quedarse piola.. estamos inmunizados!!!!"