La Mendoza que desconocemos.
Por @chanchoalado
A mediados de 1986, el Club Atlético Argentino alquiló, por la suma de 150.000 dólares, todo el plantel profesional del Racing Club de Avellaneda para que éste disputara el torneo regional. Con todo, existió un antecedente histórico mucho más jugoso y del que se conoce muy poco.
En 1942, la copa del mundo debía disputarse en Argentina. Si bien Brasil y Alemania presentaron sus candidaturas, la FIFA decidió suspender ese torneo ante la realidad de la segunda Guerra Mundial. Esta terminante decisión hizo estragos entre los fanáticos del deporte del balompié que esperaban el nuevo certamen, el cuarto, luego de la copa disputada en Francia, donde se consagrara campeón mundial Italia, por segunda vez en su historia.
El 24 de mayo de ese año, un alto dirigente de la FIFA, el húngaro Zoltan Szövetség, envalentonado por el apoyo de varios poderosos políticos de varios países, absolutamente irresponsables ante el genocidio que llevaba adelante la Alemania Nazi, decidió armar un torneo extraoficial entre países neutrales. Szövetség armo un fixture de 8 equipos: Turquía, Ciudad del Vaticano, Estado Libre de Irlanda, Suiza, Afganistán, Congo Belga, Paraguay y islas de Böyüklandia. Los compromisos se disputarían durante un mes, en la cancha del Club de Deportes Santiago Morning, ubicada en Recoleta, en Santiago, Chile.
El pequeño archipiélago de Böyüklandia, bendecido por una belleza paradisíaca, sufría una pobreza tal, que hacía imposible su participación, y -dada la situación mundial- Szövetség no podía conseguir otra nación que participase de la improvisada competencia. Finalmente, se le ocurrió la idea de que la FIFA, extraoficialmente, le girara fondos al Presidente Khotso-pula-nala, para que conformara un equipo competitivo. La comitiva gubernamental arribó de inmediato a Santiago de Chile en el avión que Khotso-pula-nala comprase con casi la totalidad del dinero que le enviara la Asociación. Lo poco que quedaba, no alcanzaba para que algunos de los poquísimos jugadores böyüklandeses pudiesen viajar, por lo cual, Zoltan Szövetség, el mentor de la anómala copa mundial, tomó una medida inesperada y sorprendente: viajó a la Provincia de Mendoza y alquiló el plantel profesional del Club Social Cultural y Deportivo Costa de Araujo, de Lavalle.
Rubén Miguel Del Bono era el 9 de aquel humilde equipo. Nacido en 3 de Mayo, trabajaba de peón en la estancia de Don Carlos Azcuénaga, y en sus ratos de ocio, se entrenaba para sostener su bien ganado título de jugador estrella de la liga. Rústico, áspero, impetuoso, irascible y violento, eran algunos de los calificativos con que se lo conocía. Fueron famosas unas declaraciones del volante central del equipo, Rafael Cuevas, quien tras un asado donde había abundado el vino, se refirió a Del Bono ante los periodistas del Diario Los Andes como “un enfermo de mierda”. Más allá de cualquier opinión, Rubén Miguel Del Bono, “la martineta del gol”, era la joya del equipo, y la esperanza de los hinchas.
El Club Social Cultural y Deportivo Costa de Araujo jugó la copa “Lorenzo Petrone” como el seleccionado de Böyüklandia, derrotando al Vaticano por 3-1 en primera ronda, con dos goles de Del Bono, que se fue expulsado en el segundo tiempo por una violenta falta contra el Cardenal Masztaler, que tuvo que retirarse fracturado del campo de juego. Ya en semifinales, Del Bono hizo una jugada magistral que culminó con el gol de la victoria frente a Afganistán y puso en la historia al club lavallino, que estaba a punto de disputar una final internacional por primera vez. Toda su vida había esperado este momento el joven mendocino, que sin embargo jugó un partido horrible, no pudo convertir y tras un despeje pifiado, dejó solo al delantero suizo Inlerlang que anotó su gol, y le arrebató la gloria al equipo mendocino.
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