Y se nos vino San Valentín encima… El GRAN Comandante Mariano Moyano me dijo mas temprano: “Lo que hace el marketing… hoy caminan todos de la mano”… pero mas allá de toda la bullanguería comercial, y hasta careta de esta fecha, pienso en mis hijas, pienso en mis viejos, en mis hermanos, en mis amigos, y no lo dudo. Ese amor quiero reivindicar hoy. El amor. Ese que hace sentir un liquido caliente por mis venas que hace las puntas de mis dedos mas sensibles, que me llena los vasos sanguíneos de la nariz y me deja oler las verdaderas fragancias del espacio que ocupo. Ese amor que me hace caer permanentemente, que me hace llorar, abrirme las entrañas y bajar la cabeza y seguir. Por ellos, por el amor con el que me alimentan la caldera, llena de un carbón vetusto, seco, pero eficiente. Quiero gritar a los cuatro vientos que no se que carajo es el amor, no se si es una reacción química, o si es una violenta falla hormonal. No se que carajo es el amor. Pero se que me hace querer ser mejor. Me hace querer cambiar, me hace soñar. Me pide a gritos que sea yo, así como soy, que me reviente el pecho con un hacha para sacar la sangre y que se alimenten de ella.
Todo eso es lo que hace que un puto 14 de febrero, a esta hora, dibuje un garabato.. (el garabato es amor, me dijeron) y de ahí comience a dibujar y a sentir… hasta que me sopla San Agustín una buenísima. Viene así, despacito, al vuelo y me dice.. “acordate de esta: Amor Omnia Vincit”. Y me acuerdo, y lo escribo… y tiene toda la razón. Porque el amor todo lo vence. Y no hablo de minitas. No hablo siquiera de mujeres. Hablo de amor.
Una buena amiga me dijo “sos un amante del amor”. Y si, por que no?. A pesar de todo lo soy, porque me gusta amar. Bajar la cabeza y seguir. Porque soy un búfalo, y mi ira es lenta, pero implacable. Y mi amor igual. Implacable e inagotable.
Feliz amor, hijos de mil puta. Bajensen el poster…
(perdonen la redacción, esta escrito así con la caldera abierta).
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