¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿para dónde vamos?, ¿cuál es el sentido de nuestra existencia?, ¿qué hay después de la muerte?, ¿cuáles son los niveles de conciencia que alcanzamos durante el viaje terrenal?, ¿por cuántas reencarnaciones tenemos que pasar para lograr el estado perfecto?, ¿qué hay de cierto con las Profecías Mayas que predicen el fin del mundo en 2012?, ¿qué nos espera luego de esta anunciada transformación?
Una y mil preguntas que a través de los años han rondado la mente de brillantes científicos, investigadores, religiosos, pensadores, gente común, y un adalid del mundo moderno, una mente insondable, un espíritu sin fronteras, un gurú mundial que desde hace muchísimos años nos ilumina con sus impolutas apreciaciones del mundo y del ser humano. Tal es el caso de Dami Swamishagradinami, el icono hindú, creador e impulsor del movimiento global "Bondiolisha", conocido en Latinoamérica como "La bondiola no se mancha", pensamiento que pregona el desarrollo de una salud espiritual y física a base del consumo indiscriminado de ciertos cuadrúpedos, como el chancho, el chivo, la vaca y otros, cocinados a las brasas principalmente.
El Gurú, en una foto tomada en su famoso trance de 1976, tras comerse los cuartos traseros de 16 corderos previamente imbuidos de amor por Balarama, el octavo avatar de Vishnu.
Dami Swamishagradinami, o "el león del ritmo" como se lo conocería en 1924 en Colombia, ha dedicado su vida a iluminar el sendero del hombre, a ablandar y engrandecer las mentes de la gente mediante sus iluminadas reflexiones, sus variopintos viajes, sus mantras y oraciones y sus cena-shows, donde despliega todo su talento inconfundible, ya sea con su gola privilegiada, o con su increíble talento para el Dilruba, instrumento que lo llevo a grabar grandes éxitos, como aquel recordado long-play de 1964, en pleno auge de los alucinógenos, "Que loco es ver al elefante de la India, que loco es", del cual se venderían mas de 30 millones de placas. En este disco, Dami realiza un solo de 24 minutos, generando una nueva tendencia en la interpretación de este popular instrumento, sobre todo en el noroeste de la India. Es sorprendente la técnica única que desarrolla Swamishagradinami al tocar las cuerdas simpatéticas. -"Si, lo del solo fue un hito", -dijo el gurú en una entrevista para la revista Rolling Stone en 1966- "lo jodido fue tocar los 24 minutos con el arco metido en el orto".
El Maestro, interpretando en vivo, ante 64000 personas, en el estadio de Wembley su clásico “Varmana, el enano”.
Dami Swamishagradinami, nacido en 1873 en una paupérrima población de la India, consiguió transformarse en un guía espiritual de millones de personas a fuerza de determinación, estudio y espiritualidad. Son conocidas sus profundas investigaciones sobre la desaparecida civilización de la Atlántida, o sus incontables libros sobre las culturas precolombinas, o el imperio Egipcio. Es muy recordado su best-seller de 1974, "La momia esta dura como paquete de pastillas". Durante la década del '80, el maestro llego a la tv, por medio de "Cadena Provincial de Agua Cacona", de la ciudad de Agua Cacona, al oeste de Asunción, en Paraguay. Fueron años prolíficos, llenos de maravillosos documentales sobre el misticismo, la religión, lo oculto y lo esotérico, como "Los cristales son jodidos", "Existen los duendes o son pelotudeces tuyas?", "Las 7 profecías mayas", "Surgut Farid: la gran revelación de la lectura de la borra del Bonarda", "El ojo de pollo", o el exitosísimo "Mira que zanja y yo sin botas".
Al Gurú es difícil ubicarlo, ya que su peregrinaje por el mundo es inagotable, pero siempre regresa, y cuando lo hace, parte directo a su refugio, una pequeña construcción de adobe, que parece un templo, no se si por su arquitectura o por la energía que exudan sus muros. A este sitio se llega con los ojos vendados, en mula, en completo silencio y habiendo consumido previamente un brebaje tradicional que altera los sentidos y evita así que alguien pueda recordar datos, hitos o puntos de referencia. Hay quienes dicen que el refugio de Dami Swadishagradfihuhnmi cambia de lugar permanentemente. Hay reportes de personas que afirman que esta en el Uritorco, otros dicen que se encuentra en pleno Tibet, y algunos -mas escépticos- cuentan que es un dúplex que el maestro le alquila a un matrimonio de docentes jubilados en Tucumán, en pleno centro.
Tras años de búsqueda incansable, consigo dar con el, y tras aquella exitosa entrevista sobre el 11 de noviembre de 2011, donde el Maestro nos iluminase con tanta claridad el camino, sigo publicando fragmentos de aquella extensa y mágica charla que sostuve con esta entidad de paz, llena de energía y luz, durante varias visitas que le realice, gracias a su cordial y generosa persona.
Mi foto con el Maestro en aquella primera entrevista, en su casa, en 2011.
Como siempre, frente a sucesos calamitosos, predicciones terribles o sucesos que desestabilizan al mundo, Dami Swamishagradiflauti es blanco de consulta, ruego y desesperación por millones de fieles que piden, enajenados, por la palabra sanadora, la frase justa, el consejo tranquilizador. No es entonces extraño encontrarme con una turbamulta embravecida de personas famélicas, desesperadas, que hace semanas que oran al pie de la montaña donde comienza el camino hacia el Maestro. Esta vez, son las profecías mayas sobre el final del mundo en 2012 lo que inquieta a la población toda. Me decido entonces a ser yo quien les lleve la palabra del maestro a sus fieles, a lo que están aquí, y a los dispersos por todo el mundo. Seré yo, Nito Rodrigo, quien haga uso de mis años de cronista, de mi vasta experiencia como periodista de investigación, de mis múltiples premios, como aquel recordado "Esfínter de oro" que me fuese otorgado por la Asociación Mundial de Proctología por mi gran aporte investigativo sobre el Cáncer de pelo de chota en poblaciones de Malasia, sobretodo en los menores de 35 años. Me dispongo entonces a ascender, pero para eso debo primero encontrarme con "Rafa" el monje guardián de la entrada del refugio de Dami.
Carlos Rafael González Monchi, o "Rafa" como fuera bautizado por el mismo Dami Swamishagradinami en una ceremonia inolvidable en el Ganges, a la que asistieran luminarias de la sociedad hindú y hasta el intendente de Palo Blanco, ciudad natal del Maestro, nació en 1951 en Boulogne, Provincia de Buenos Aires, en Gorriti y Fray Cayetano Rodríguez, a pasitos de Amancio Alcorta. De madre costurera, y abandonado por su padre, Raúl "Topito" González, a la tierna edad de 24 años, conoció de cerca la miseria, el esfuerzo despiadado y el hambre, trabajando por monedas en un conocido taller de rectificaciones en la zona de José León Suarez. Una noche, llegando a su hogar exhausto, cubierto de aceite, polvo, yerba mate y salivazos de sus propios compañeros, se fue a la cama sin probar bocado. Su madre, Rosa Elvira Asunción Monchi, le había separado un mendrugo de pan, ligeramente rancio, y tres cuartos de taza de mate cocido "El pedregal", que una tía de corrientes le enviara en una encomienda. Al ver a su hijo en tan desesperante estado, Rosa se sume en un estado de desesperación, de depresión total, y en un arranque de locura, se quita la vida ingiriendo una gran cantidad de pastillas de freno que Rafael había dejado en un rincón de la pobre y húmeda pieza donde Vivian. Ajeno a todo esto, el futuro monje se duerme profundamente, y en su sueño tiene una poderosa epifanía, donde aparecen pequeños enanos, completamente desnudos, que sostienen una túnica blanca, radiante, que pareciera arrojar luz propia... envuelto en esa tela, se encuentra Hanuman, el rey de los monos, poderosa deidad del hinduismo. Hanuman, se acerca a Rafael mientras se frota desesperantemente los genitales y le dice: "Deberás ir a la India, allí un poderoso Swami te mostrara el camino". Dicho esto, Rafael despertó violentamente de su sueño, solo para encontrar el pequeño y enjuto cuerpo de su madre muerta en el piso del comedor. Sin dejar oportunidad a la duda, Rafael comenzó a correr sin un destino claro, atravesando Villa Adelina, Munro, Villa Martelli y Vicente López, llegando finalmente al puerto, donde se subió a un navío con rumbo al exótico subcontinente de la India.
El Rafa, con el Guardiamarina Dimitri Cherzovsky, quien lo llevara cordialmente a la India a cambio de tareas de limpieza y cocina en el buque “La Virgencita de Velikiy Novgorod”
Me acerco lentamente a la precaria choza donde Rafa pasa sus días como guardián del rebudio de Dami Swagradinami, monje consultor del peregrinaje, jardinero y bañero en la escuela de verano "Corre corre que te pillan", y como maestro asador, entrenado por legendarios maestros de la técnica "Bondiolisha". Golpeo mis manos, pero no obtengo respuesta. Tras unos tensos minutos de espera, decido rodear el pequeño rancho y me encuentro con Rafa, que estaba asando un chivo mediano en una cruz, a la llama. Me mira entre asustado y sorprendido y me dice: "No esperaba visitantes, disculpe usted mi desatención, míreme que no se me arrebate el chivo mientras me voy a dar 40 azotes". Lo miro seriamente, sintiéndome ajeno a su cultura milenaria, y lo dejo hacer, con una sutil reverencia. Pasaron varios minutos hasta que Rafa salió detrás de una puerta de chapa que tenia pintado con aerosol la frase "Callejeros". Me volvió a mirar, con una paz indescriptible, y le di el tenedor largo, con el cual sacó sutilmente uno de los riñones del chivo, lo colocó sobre una tabla, lo cortó por la mitad, lo roció con aceite de oliva y me lo dió sobre un pan. "Pruebe", me dijo "no va a encontrar nada mejor por acá, y que no se entere el Maestro porque me caga a patadas. Usted diga que se cayo el riñón a la brasa".
Tras una opípara comida, y el hipnótico canto de los mantras, le manifiesto a Rafa mis intenciones de subir a hablar, nuevamente, con el gran gurú. Rafa no emite sonido alguno, como si por alguna mágica razón, aquellas oraciones cíclicas le hubiesen hecho perder el habla. Lo veo levantarse, pesadamente, ir hacia un rincón hacia una mesita pequeña, servir agua en un pequeño cuenco y con unos movimientos de la mano, propios de un religioso bien entrenado, hacer al liquido efervescente, de un color blanco. Tras beberlo sin respirar, se detuvo unos minutos, como con un dolor inconmensurable, y descerrajo un brutal eructo que hizo temblar las añejas chapas que actuaban como paredes. Temí lo peor, algún trance o un estadio místico, pero Rafa simplemente sonrió, se froto el estomago, tomo un raído bolso, un palo y me indico el camino de subida. "Vamos que es una trepada brava", me dijo y comenzó a caminar.
Siento en mi cuerpo la misma sensación que he tenido cada vez que he estado cerca de esta formidable persona. Dami Swamishagrdinami hace que a la vez me sienta un hombre insignificante, y un gigante del saber. Ha sido siempre una experiencia única, y el hombre que ha salido de aquella morada, jamás ha sido el mismo. Lleno mis pulmones del límpido aire de la montaña, y arranco mi camino tras Rafa, con una gran alegría en mi corazón, y una profusa revolución en mis entrañas. El chimichurri había sido letal para mi organismo.
Continuará…..
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